Enemigo infantil: La Leucemia
Enemigo infantil: La Leucemia
La sombra del cáncer no distingue raza, condición social, y tampoco edad.
La niñez debería ser una etapa de la vida en la que las personas estén libres de preocupaciones, rodeadas de amor y alegría. Sim embargo, a un grupo de pequeños, en esta fase les ha tocado enfrentarse a enormes desafíos que retarían la fortaleza y la templanza de cualquier adulto.
Para algunos pequeñines, la hora de convertirse en guerreros y luchar por su vida llega muy temprano, afortunadamente, muchos logran vencer.
La forma más común de cáncer que afecta a los menores es la leucemia. Pero, ¿qué es esta enfermedad y por qué afecta a los niños?
Consultamos con nuestro equipo de doctores de Hemato-pediatria de la Clínica San Pablo, conformado por Juan Ramón Navarro Cabrera y Ninoska Rojas. Nos explicaron que la leucemia es la enfermedad neoplásica más frecuente en los niños. Está caracterizada por la proliferación y el crecimiento incontrolado de algunas células en la sangre (células linfoides o mieloides inmaduras). Estas células, que se forman en la médula de los huesos, son las encargadas de defender al organismo de las infecciones. Un problema en el ADN hace que se reproduzcan sin control, e invadan otros órganos y tejidos.
¿Cómo se manifiesta?
Este mal se hace evidente cuando ya ha avanzado en el organismo. Los especialistas indican que los principales signos y síntomas son la anemia, expresada en palidez y decaimiento; la trombocitopenia, que revela sangrado, aparición de moretones y petequias; y la neutropenia, que se evidencia con fiebre y predisposición a las infecciones.
Asimismo, más de la mitad de los pacientes presentan algún grado de crecimiento de hígado y del bazo, con un aumento de tamaño en los ganglios. La duración de estos síntomas puede durar días, e incluso meses.
Ante la aparición de esta sintomatología, los especialistas deben realizar una serie de exámenes para establecer el diagnóstico. Este se realiza mediante la observación de los blastos, mediante un aspirado y/o biopsia de medula ósea. Adicionalmente, se deben realizar otros estudios de genética, de inmunofenotipo, y estudios moleculares.
¿Con qué frecuencia y por qué aparece?
Los doctores nos explican que las leucemias se clasifican en agudas y crónicas. En los niños, aproximadamente el 98% se clasifican como Leucemia Linfoblástica Aguda (LLA). Esta tiene una incidencia de 3 a 4 casos por cada cien mil niños. Parece poco, pero no lo es, si tomamos en cuenta que se espera que cada año aparezcan aproximadamente 200 casos nuevos.
Esta es la primera causa de cáncer infantil en nuestro país y representa el 35% de las enfermedades malignas de la infancia. Mayormente aparece entre los dos y los cinco años de edad. En cuanto al sexo, predomina ligeramente en los varones, sobre todo en la edad puberal. En la mayoría de los casos, ni los padres, ni los niños, pueden controlar los factores que desencadenan la leucemia.
Sin embargo, conviene estar atento sobre algunos aspectos que aumentan el riesgo de contraer esta patología. La exposición temprana (pre y pos natal) a radiación, como rayos X, es uno de ellos. Por eso, si las mujeres están embarazadas – o creen estarlo-, deben informárselo a los doctores antes de realizarse exámenes o procedimientos médicos que involucren esta tecnología.
Otros factores son las afecciones genéticas como el síndrome de Down, síndrome de Shwachman, entre otros, así como polimorfismos genéticos hereditarios. Según la American Cancer Society, los hermanos y hermanas de niños con leucemias tienen una mayor probabilidad ligeramente mayor (de dos a cuatro veces más que la normal) de desarrollar este padecimiento; el riesgo es mucho mayor entre gemelos idénticos.
Luchando contra el mal
Para combatir la leucemia se usa combinaciones de varios medicamentos de quimioterapia. Se administra en ciclos, intercalando períodos de tratamiento seguidos de períodos de descanso, para permitir que el organismo se recupere.
El tratamiento de la leucemia mieloide aguda usa dosis mayores de quimioterapia durante un periodo de tiempo más corto, mientras que el tratamiento de la LLA utiliza dosis menores durante un periodo de tiempo prolongado (usualmente, de dos a tres años).
Los niños con esta enfermedad pueden tener mayor predisposición a infecciones, puesto que son sometidos a múltiples transfusiones: asimismo tienen más riesgo de sangrados, como consecuencia de la disminución de plaquetas. Las toxicidades secundarias a la quimioterapia ocasionan pérdida de cabello, náuseas, vómitos, pérdida de apetito, etc.
Es posible que los pequeños con leucemia aguda no puedan asistir a la escuela, pasar tiempo cn sus amigos o hacer sus actividades favoritas. Una forma de ayudarlos a sentirse mejor respetivo a los cambios en sus vidas es hacerlos participar en actividades cotidianas, como salir a pasear, siempre y cuando médico diga que es aceptable.
Además, se debe tener cuidado en no exponerlos al contacto con personas con alguna enfermedad que los pueda contagiar. Es importante lavarse siempre las manos con agua y jabón, comer alimentos bien cocidos, adecuada limpieza de la cavidad bucal, etc.
El trabajo de los padres es primordial. Ellos siempre deben conversar con el hematólogo que está tratando a su hijo, y preguntarle toda duda que tengan acerca del tratamiento, complicaciones, pronósticos y cuidados que deben tener para su hijo.
Cuide de no perder sus citas y controles, debe seguir todas las indicaciones que les brinde el especialista y jamás debe abandonar la terapia que recibe su hijo.
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