De rodillas ante los meniscos
Primero lo primero: ¿qué son los meniscos? Se trata de dos piezas anatómicas con forma de C compuestas de fibrocartílago y agua que se ubican por debajo de la rótula (hueso de la rodilla), entre el fémur y la tibia. Básicamente, su función es crear un engranaje perfecto para el movimiento natural de las piernas. Nos permiten subir escaleras, correr, caminar y hasta estar en reposo sin sentir dolor. Asimismo, realizan una función estabilizadora y de contención ante movimientos extremos, como el impacto que sufren nuestras piernas luego de una caída de altura o una parada en seco luego correr. Los meniscos, esas bisagras naturales, soportan gran cantidad de presión -casi todo el peso del cuerpo- de forma continuada y lo hacen sin descanso.
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Un mal movimiento de flexión puede lesionar los meniscos, fruto de accidentes de tránsito o práctica deportiva. Las consecuencias de una lesión en los meniscos pueden ir desde un dolor leve hasta una degeneración progresiva del cartílago y terminar en artrosis.
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Existen muchos niveles de daño: entre las más comunes se encuentran las lesiones degenerativas, que suelen ser por la edad o microtraumatismos que suceden a lo largo de los años, las lesiones traumáticas que ocasionan desgarros o roturas meniscales tras grandes torceduras, y las lesiones mecánicas que pueden ocurrir cuando el complejo articular de la rodilla presenta un mal funcionamiento, como unos meniscos anormales. El daño dependerá mucho de la fuerza con que se genere la lesión y también de la edad a la que esta ocurra.
De allí se verá si es que es necesario intervenir quirúrgicamente o si se soluciona el problema con terapia.
¿Cómo una persona puede cuidar sus meniscos?
Llevando una vida sana. Los meniscos funcionan bien con una buena nutrición. Si tienes buenas proteínas y vitaminas, es lógico que tus tejidos y tus órganos sean de mejor calidad. Hay que evitar el alcohol y el cigarro, ya que son 1OO% nocivos para cualquier tejido y los meniscos no están excluidos. Y también cuidar el peso corporal, porque este también es una causa del daño y lesiones.
Para mayor información, lee nuestro artículo en la Revista Salud San Pablo, aquí.