CORAZÓN BAJO ATAQUE
DIFERENCIAS ENTRE PARO CARDÍACO E INFARTO
San Pablo vuelve a reunir a los mejores cardiólogos del país y el mundo una vez más en el Curso Internacional de Cardiología. La revista Salud San Pablo aprovecha la coyuntura para saber un poco más del motor de nuestro cuerpo. Y es que parte de la prevención, qué duda cabe, consiste en estar informados.
José Huerta, ministro de defensa, sufrió un desvanecimiento antes de morir a causa de un infarto.
Hace un mes todos los medios de comunicación comentaron la lamentable noticia, pero casi nadie habló sobre las diferencias entre un paro cardíaco y un infarto. Basta con tener claro que ambos atacan al corazón y son mortales, para entender que la confusión no resulta tan descabellada. Sin embargo, es oportuno aclarar ciertos puntos en particular y, de esta manera, saber cómo actuar en caso de que alguno de los dos se presente.
Edith Chávez, especialista en cardiología de la Clínica San Pablo, señala que una de las principales diferencias es que el paro cardíaco puede atacar incluso a corazones sanos. “Por ejemplo, cuando una persona sufre ahogamiento. El paro cardíaco consiste en el cese abrupto del funcionamiento del corazón, deja de latir de un momento a otro, la circulación se detiene y se sufre pérdida del conocimiento. Minutos después puede venir un paro respiratorio”, explica la doctora Chávez.
Es importante resaltar que las neuronas son muy sensibles a la falta de oxígeno que le aporta la sangre y, de demorar la resucitación, existen casos en los que, luego de resucitado, el paciente no recupera la actividad cerebral, aunque se consiga que se haya recuperado la actividad cardíaca y respiratoria.
“Un infarto agudo de miocardio es una situación que ocurre debido a que la arteria coronaria del corazón se obstruye y se suprime el aporte de oxígeno que llega con la sangre a una gran parte del corazón, ocasionando una lesión en esta región”, explica la doctora. El infarto puede ser el preámbulo de un paro cardíaco, más frecuente en las dos primeras horas de iniciado el dolor en el pecho o de iniciado el infarto. “Es muy importante que la persona que sufre un infarto cardíaco sea rápidamente llevada a un centro hospitalario para que sea asistido, se trate de establecer el diagnóstico y se haga todo lo posible por abrir la arteria causante del problema”, agrega Chávez.
Minutos valiosos
Tanto el paro cardíaco como el infarto presentan riesgo de muerte, pero en el caso del primero se dispone de minutos para salvarle la vida al paciente y es necesario iniciar resucitación cardiopulmonar inmediata. “Es importante mencionar que en el caso de un paro cardíaco ocurrido en un paciente con un corazón sano la probabilidad de resucitarlo es mayor, siempre que el paciente sea atendido con la celeridad necesaria”, apunta la cardióloga. Mientras que un paro cardíaco puede presentarse en cualquier persona por circunstancias como descargas eléctricas, ahogamiento o asfixia y arritmia cardiaca. Los infartos son más frecuentes en personas mayores de 40 años, más aún en fumadores, diabéticos, hipertensos no tratados o personas que padecen crónicamente de alteraciones del colesterol que van obstruyendo progresivamente sus arterias.
Curso de vida
A propósito de este tema, el Instituto del Corazón de la Clínica San Pablo organiza cada año un Curso Internacional de Cardiología alternando con un Congreso Internacional de Cardiología. “Este año preside el comité organizador el Dr. Gustavo Miranda, cardiólogo hemodinamista, que ha puesto énfasis en el desarrollo de temas de gran importancia en el ámbito de las enfermedades cardiovasculares. Vendrán también connotados médicos internacionales para actualizar a los profesionales de la salud en nuestro país en lo referente a cardiopatía isquémica y arritmias, entre otros”, comenta la doctora Chávez.